sábado, 26 de septiembre de 2015

Esos pájaros negros


¿Para quién no son familiares las prolíficas urracas como las de esta fotografía…?, los cuervos o las grajillas, quizás también las cornejas y las grajas o incluso las ruidosas chovas, la piquigualda o la piquirroja, esos pájaros negros… 

Para los aficionados a los pájaros y para la gente en general, los córvidos no gozan de predilección; No son muy vistosos, incluso más bien lúgubres, están frecuentemente asociados a brujerías o malos augurios y son oportunistas o incluso ladrones. Y sin embargo, se trata de un grupo de aves que goza de un éxito notable; Son abundantes, ocupan casi cualquier medio natural y tienen una inteligencia y un comportamiento extraordinarios.

De hecho, esa inteligencia no es solo la que ha llevado a este grupo de aves al éxito sino que invita a la admiración de muchos científicos. Unas excelentes dotes de memoria, una habilidad para emplear relaciones sociales complejas y lo que es más sorprendente, una notable destreza para hacer y usar herramientas.

El cuervo es capaz de desarrollar un lenguaje con más de veinte sonidos con los que se comunica socialmente.

Una parte importante de la inteligencia de los córvidos se desarrolla a partir de la convivencia social, lo que los hace muy domesticables. Han desarrollado una gran variedad de interacciones sociales, incluyendo la emisión de un lenguaje con múltiples sonidos, entre los que el de alarma,  la unión de varios individuos para hacer frente a depredadores,la caza cooperativa, ayuda por parte de otros  en el cuidado de los pollos  e incluso el juego.

Pero mientras que la inteligencia social de los córvidos sigue siendo motivo de admiración, es quizás su inteligencia física, y en particular el uso de herramientas, lo que ha generado más interés. Algunos han aprendido también a usar a otros seres en su beneficio. Además, hace poco se ha comprobado que las urracas se reconocen en los espejos, lo que implica un grado de autoconciencia que sólo se había observado en simios antropomorfos, delfines y elefantes. 

Cornejas, como en esta foto, cuervos y rabilargos acuden a las carroñas y con sus sonidos y el reflejo de su plumaje atraen a los carroñeros.

Los córvidos son una familia de pájaros adaptados a una dieta generalista, que incluye todo tipo de alimentos. Han optado por no especializarse y eso significa que han de estar atentos para detectar cualquier posibilidad de alimento en el lugar que se presente. Han de ser curiosos, atrevidos y astutos para aprovechar las oportunidades. Por ello suelen aparecer en las cercanías de los asentamientos humanos, donde otros animales de conducta alimenticia menos flexible no pueden prosperar. 


Las grajillas son gregarios habitantes de nuestros pueblos, inconfundibles por su cuello plateado y su ojo azul pálido.


Urraca: En condiciones naturales, algunos córvidos jóvenes juegan a acercarse a diferentes distancias a los depredadores, e incluso, a picarles por la espalda. Así adquieren las destrezas necesarias para esquivarlos y por eso pueden alimentarse junto a ellos de los cadáveres que han cazado, cuando otros animales no se atreven a acercarse.

Cuervo: Ofrecieron a cuervos maduros comida colgada de un cordel. En lugar de empezar a hacer pruebas y aprender de sus errores, los cuervos se quedaron varios minutos aparentemente pensativos, y a continuación, encontraron a la primera la solución correcta: izar la cuerda, sujetar el trozo izado de una vez con las patas, tirar de la cuerda de nuevo y volver a sujetar hasta que alcanzaron la comida. Este comportamiento no puede ser instintivo, porque los cuervos no encuentran esta situación en la naturaleza. La compleja coordinación entre las acciones parece excluir que lo consiguieran por casualidad. Los cuervos jóvenes no acertaron a conseguir la comida, lo que es un indicio de que aún no habían alcanzado la madurez intelectual suficiente.


Cuervos, como el de esta foto y cornejas se distinguen fácilmente por su tamaño, tanto como por el poderoso pico del primero, llegando a ser aves imponentes y lustrosas. 

Corneja: Un ejemplo espectacular de resolución de problemas lo ofreció una corneja cautiva a la que le gustaba la comida húmeda, aunque a veces se la daban seca. Una vez se le ocurrió usar una taza de plástico que le habían dado como juguete, para ponerla debajo de un chorro de agua, y llevarla hasta la comida, donde la vació. Si derramaba el agua en el camino, volvía a llenarla al chorro.

Grajilla: Otra conducta muy desarrollada entre los córvidos es la de almacenar comida en tiempos de abundancia. La esconden en múltiples sitios y al cabo del tiempo recuerdan casi todos los lugares donde tienen comida guardada. Al realizar esta tarea en un entorno social, tienen que evitar que la comida sea encontrada por otros y a veces preparan escondites falsos para despistar a los intrusos. Tienen la capacidad de reconocer a los individuos y evaluar su grado de conocimiento (lo que puede ser el primer paso hacia “una teoría de la mente”, necesaria para que los individuos puedan interactuar en entornos sociales muy complejos).


Chovas: Tanto la piquigualda como la piquirroja son aves gregarios 
cuyo comportamiento social les asegura la supervivencia en las difíciles condiciones de sus habitats de montaña, más alpinas las primeras (Pirineos, Picos de Europa...) y más mediterráneas las segundas (Sistemas Central, Ibérico, Montes de Toledo...).  

En España existen nueve especies de córvidos, de las que en este post hemos excluido expresamente a dos: al forestal arrendajo y al rabilargo, una especie singular que bien merece un próximo post propio. Las siete especies restantes son propiamente esos pájaros negros…

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