domingo, 26 de marzo de 2017

Carreirón (Isla de Arousa)

 Aguja colipinta







La isla de Arosa…, un atractivo destino de turismo tradicional que encierra un paraje natural valioso e insospechado…: La Reserva Natural de Carreirón, o más técnicamente, El Complejo Inter-mareal de la Punta de Carreirón. Un lugar que no debemos dejar de visitar si nos acercamos a las Rías Bajas este verano.




La riqueza biótica de Carreirón encuentra su razón de ser en un mosaico de ecosistemas de base u origen geológico. 

Se trata de una zona llana, unida al resto de la Isla de Arosa por un tómbolo arenoso
La costa sur es un acantilado bajo entre el que se encuentran pequeñas ensenadas que forman calas arenosas y dunas. 
Por el este, el litoral presenta una flecha arenosa formada por el desplazamiento de la arena en la playa de Xastelas. 
La zona noroeste es una zona protegida y de escasa profundidad que forma la ensenada de A Brava, en la que se encuentran tres marismas de tamaño y evolución variable.

Se denomina TÓMBOLO a un estrecho cordón de arena que une una isla o islote a otro espacio terrestre. Ejemplos de tómbolos se encuentran en España en distintos lugares, tales como los que unen la ciudad de las Palmas al islote o barrio de La Isleta, el de Gibraltar, Peñíscola, la isla de las Palomas en Tarifa o el más paradigmático del Faro de Trafalgar, en Caños de Meca. 


En su conjunto, Carreirón ofrece una vista agradable, manifestándose en su máximo esplendor durante la pleamar, cuando la ensenada de A Brava toma la apariencia de un gran lago bordeado de salientes rocosos y un bosque de pinos que constituyen los componentes del paisaje.

La oscilación de las mareas modifica cíclicamente el paisaje, que durante la bajamar ofrece el atractivo de la presencia de gran variedad de aves marinas, fundamentalmente en la época invernal.

Un poco de Geología

La forma actual de la zona de Carreirón se debe a dos grandes fallas que se pueden observar en la forma alineada que presentan las fracturas de las rocas. La falla en dirección este-oeste separó a Carreirón del resto de la isla, afectando también a los islotes del Areoso y Xidoiros. La falla en dirección norte-sur separó a la Illa de Arousa del continente y formó una nueva isla al oeste. Más tarde se volvieron a unir las tres islas mediante dos tómbolos arenosos.

Las rocas de la zona son fundamentalmente granitos y granodioritas biotíticas de Caldas, que proceden del tercer afloramiento de rocas magmáticas que tuvo lugar durante la orogenia Hercínica. En algunos lugares también se puede observar sienita de color rosa intenso, a causa de la presencia de feldespato potásico, y con unas manchas verde brillante debidas a su contenido en clorita. También se pueden observar contactos metamórficos por la presencia de gneis (paragneis).

Las acumulaciones sedimentarias del cuaternario forman incipientes rasas litorales en las que dominan los conglomerados originados por la acumulación de cantos rodados de cuarzo durante los períodos glaciares Riss y Würn. La erosión marina esparce estos cantos rodados por las playas.

El turismo medioambiental es una modalidad que está ganando peso año tras año… y Carreirón es un lugar que no debemos dejar de conocer si visitamos las Rías Bajas este verano, sin olvidar por ello que la mejor época es la invernal, cuando este humedal se convierte en la principal zona de invernada de aves acuáticas de Galicia y, juntamente con las marismas de Santoña en Cantabria, en las zonas más destacadas de las costas cántabro-galaicas.

Algunas especies de aves:
El chorlitejo patinegro es una limícola amenazada por la fuerte presión que soporta su restringido hábitat de reproduc­ción, dunas y playas, principalmente causada por las moles­tias de la presencia humana. 

En una breve visita primaveral pudimos observar diversas especies de limícolas: correlimos tridáctilo, aguja colipinta, chorlitejo grande y patinegro, zarapito trinador, andarríos chico, así como gaviotas patiamarillas, cormoranes, paseriformes, córvidos, rapaces…

http://blogueiros.axena.org/2014/11/06/chorlitejo-patinegro/









Dos ejemplares de zarapito trinador



Chorlitejo patinegro

  


Andarríos chico


viernes, 24 de marzo de 2017

kink bands


"Kink band" es un término geológico que se refiere a una estructura singular de plegamiento, 
la cual se caracteriza por una disposición de capas de roca en zig-zag, con tramos rectos y ángulos definidos entre ellos.

Al encontrar estas estructuras en una roca, la curiosidad puede hacer que nos cuestionemos sobre las siguientes dos interrogaciones: 
    Primero, cuales son las litologías susceptibles de presentar estas estructuras y porqué.
       Segundo, cuál es su proceso de formación.

A la primera pregunta, los kink bands se producen en rocas con fuerte anisotropía planar y al mismo tiempo litologías de grano fino. Ambos factores son concurrentes en determinar superficies de pequeña fricción interna.
Cuando aumenta el tamaño de grano, tanto de una matriz como de los granos minerales, el incremento del coeficiente de fricción interno de la roca dificulta la deformación por cizalla simple. 
La traducción a este párrafo es que los kink bands pueden verse en pizarras, pelitas, filitas y rocas similares.

En cuanto a la segunda pregunta, los kink bands se producen bajo un campo de esfuerzos de compresión, paralelo o con un ángulo de hasta unos 15º a la superficie de clivaje o esquistosidad, en sectores del macizo rocoso en donde haya una disponibilidad de alargamiento ortogonal. 
Cuando el campo de esfuerzos no es simétrico, se producen variantes de kink bands dextrógiros o levógiros. Esta relación con el campo de esfuerzos tiene gran importancia en los estudios de geología estructural. Cuando el esfuerzo de compresión no se desvía más de 5º de ser paralelo a la anisotropía, los kink band dextrógiros o levógiros se producen por igual. 
La bisectriz del ángulo obtuso en los juegos de kink bands marca la orientación del esfuerzo de compresión.


sábado, 18 de marzo de 2017

La Collalba negra


Esta primavera no quería dejar pasar la oportunidad de contemplar el despliegue del abanico blanquísimo de la cola de los machos encelados de las collalbas negras. 

Hace un tiempo, di con una población de collalba negra en los crestones cuarcíticos de una sierra del Valle de Alcudia. La collalba negra es una de esas aves a la que tenía ganas de echarle el ojo encima. Se lo conté a mi amigo, el naturalista extremeño Chema Traverso, y este me habló, con alabanza, del despliegue de la cola del macho, cuando la parada, con la que trata de impresionar a la hembra. En efecto, esta actitud es llamativa y característica, y no solo debe maravillar a las hembras, sino que asombra al ornitólogo. 

Bien sea en un posadero, una roca de la cumbrera del crestón o un enebro prominente, el macho de la collalba, negro como un tizón e inconfundible con la hembra más parduzca, canta enfebrecido mientras extiende, a cada momento, el inmaculado abanico semicircular que forman las rectrices de su cola, solamente rematadas de negro en la punta. 

En ocasiones y cuando más extendido tiene el abanico, la collalba agacha su cuerpo, y con un suave balanceo, parece realizar una reverencia que bien debe de valer su hembra. A veces también, emprende un corto vuelo con la cola extendida, cambiando la roca en la que está posada.


En las descripciones de internet la distribución que le atribuyen a la collalba negra está en general vinculada a áreas de Murcia, Alicante, Almería… en medios áridos y pedregosos que poco tienen que ver con las sierras extremeñas o castellano-manchegas que visito con frecuencia, Monfragüe, Puerto Peña, Montes de Toledo… y en donde, aunque se menciona su presencia, yo no había tenido la suerte de observarlas.  


Chema me contó también que, por alguna razón alimenticia, la collalba negra tiene su hábitat en zonas en donde hay cabras, las cuales o bien mueven a los insectos de los que se alimentan o bien es que los insectos proliferan allí en donde han estado las cabras. 

Lo cierto es que en donde yo he encontrado a las collalbas, hay una notable presencia de cabras que dejan sus excrementos por todos lados sobre las rocas. 


Ya puestos, me pregunto si la presencia de la collalba negra es de alguna manera incompatible con el roquero solitario, porque en los muchos sitios en donde he visto a este último no la he podido observar… y por el contrario, en donde he visto a las collalbas, no he observado al roquero… pero esta es solo una elucubración. 

Lo cierto es que, un pájaro del que no sabía donde ni como se podía observar, ahí donde se encuentra, es muy visible, vistoso y llamativo.

Bueno, pues ya he visto a la collalba negra… la he observado con satisfacción y hasta la he podido fotografiar… con la mediocre calidad de mi cámara, esto es lo que hay… y así hasta la próxima grata sorpresa que me depare una jornada en el campo, del que, la verdad, nunca vuelvo de vacío.

domingo, 12 de marzo de 2017

Monthly geological pics


MARCH 17 - EL MONCAYO
Una discordancia y hiato de 250 millones de años...          A 250 million year uncorfimity & hiatus

“¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa, allá, en el cielo de Aragón, tan bella!” (A. Machado)

La altiva silueta del Moncayo, un pico que no porque alcance algo más de 2.300 metros de altura, sino por su carácter aislado y por su prominencia, es bien visible desde muchos kilómetros de distancia. 


Lo que más llama la atención, a primera vista en la sierra a la que da nombre este pico, es su seductora belleza paisajística y su importancia ecológica. 

Así se entiende que los cistercienses buscando la sombra de su sagrada protección levantaran a su pie el Monasterio de Veruela, que llegó a ser una de las fundaciones más importantes de la orden del Císter en el reino de Aragón y en España. Lugar evocador para uno de los grandes escritores del Romanticismo, Gustavo Adolfo Bécquer.

Veruela es parada obligada si queremos seguir los pasos de Bécquer por Aragón, quien en 1863 durante una grave recaída de su tuberculosis se trasladó con su hermano a vivir al monasterio. El aire puro, en las faldas del Moncayo, era conocido como tratamiento para esta enfermedad.



"Volverán las oscuras golondrinas..."

Este antiguo monasterio cisterciense exclaustrado poseía un gran encanto romántico y fue un lugar de inspiración para ambos hermanos. 
Gustavo Adolfo escribió allí las cartas agrupadas después en "Desde mi celda". Hoy sigue siendo una visita monumental imprescindible, con su mezcla de estilos artísticos.

Ya pronto volverán las oscuras golondrinas… y las nieves del Moncayo se retirarán hasta el próximo invierno. Cíclicamente, serán las golondrinas las que, de nuevo, sean sustituidas por la nieve. Hubo un tiempo, cuando el Moncayo era una montaña sagrada para los Celtas y para los Romanos, en que la nieve no se retiraba de su cumbre. Vestigio de tiempos aún anteriores en que los hielos labraron hasta tres hoyas glaciares.


En realidad, la historia geológica de este macizo se inició allá en la Era paleozoica, hace más de 500 millones de años. Así lo atestiguan las areniscas, limolitas y argilitas de tonos ocres, rojizos y grises, depositadas en ambientes litorales y atribuidas al Cámbrico superior, que afloran en la vertiente septentrional de la Sierra. Al final del Ciclo Hercínico (550 a 250ma), buena parte de las rocas depositadas y deformadas previamente fueron erosionados. 

Una discordancia de 250 millones de años…

En los alrededores del Santuario de la Virgen del Moncayo, los materiales detríticos en Facies Buntsandstein, las rocas más antiguas de la era mesozoica, con unos 250 MA de antigüedad se sitúan directamente sobre el conjunto de materiales Cámbricos… 

In the vicinity of the Moncayo Virgin Sanctuary, the 250 million years old detritic Buntsandstein facies, the  oldest mezosoic era rocks, directly overly the Cambrian 500 MY materials.  

Moncayo or San Miguel is a mountain located in the Iberian System, between Zaragoza (Aragón) and Soria (Castilla y León ) provinces, in Spain. With its 2.314 masl, it is the highest summit in this range and one of the most relevant pics in the whole Iberian Peninsula.

miércoles, 8 de marzo de 2017

The landscape collector

Marzo 17

De vuelta de la cumbre...

Entre “Andanzas y visiones” del mundo y acabándose el invierno, con sus “nieblas”… Desde mi pequeño hotel en Oslo, en donde paseo mi “casticismo”, un momento de “paz en la guerra” del quehacer cotidiano... miro algunas fotos...



Tiempo en que viene a la memoria ese vasco atemporal, actual desde luego, nunca suficientemente admirado, Miguel de Unamuno, al que quien sabe por qué magias de la “Tía Tula” no le dieron un Nobel que sin embargo si le han dado a Bob Dylan..., 
ese “Cristo de Velázquez”, genio y maestro cómo nadie en “cómo se hace una novela”… como todos sabemos… “San Miguel Bueno, mártir”.

("De vuelta de la cumbre" es el título de un capítulo del libro "Andanzas y visiones españolas", dedicado a una excursión veraniega a la Sierra de Gredos que Unamuno realizó en Agosto de 1911)...

martes, 7 de marzo de 2017

Ave del año 2017: Sisón / Little Bustard


Wintering Little Bustard flocks with over 300 hundred individuals is something seldom found any more. I had the luck to see such, a few days ago near Daimiel National Park, in Ciudad Real (Spain). Unfortunately, late time with only half an hour light remaining and no further battery charge in the camera only aloud for these testimonial mobile phone pictures. 

Recién terminado el Carnaval y confesando haberme puesto una flor en el culo, para disfrazarme de “Culiflor”, debo decir que sigo con la flor en tan “noble” parte… 

Como si no, haber presenciado estos días un bando de sisones que contaba con no menos de trescientas aves…


Tamaños de bando (SEO Birdlife)

En los muestreos (2005) de las 609 cuadrículas censadas se registraron 436 bandos, con un tamaño de entre 1 y 1.100 ejemplares. Destaca la baja frecuencia de bandos de gran tamaño observados en toda el área de estudio, resultando en un 92% de los casos menores de 100 individuos, en un 7% entre 100 y 500 individuos; y solo un 1% superó esta cifra. 
Estos últimos han sido observados en la Meseta Sur, con una observación de unos 600 individuos en la comarca de Talavera, Toledo, otra de unos 800 ejemplares en el Campo de Montiel, Ciudad Real y en el valle del Ebro, con un máximo absoluto de 1.100 aves en un solo bando registrado en la comarca del Pla d’Urgell, Lleida, 
Si bien es cierto que los bandos de mayor tamaño suelen ser más escasos y que únicamente se suelen
localizar en las mejores áreas de invernada, bandos mayores de 500 ejemplares (e incluso el millar) no suelen ser raros en otras áreas de La Mancha (p. e. Campo de Calatrava o Campo de Alcázar, en Ciudad Real), el
valle medio del Tajo, en Toledo o diversas zonas de Extremadura, como La Serena (Badajoz), Llanos de Cáceres o las Vegas Altas del Guadiana, De hecho, en estas zonas de Extremadura se han llegado a ver bandos de hasta 2.000-3.000 sisones con cierta regularidad hasta la década de 1990. En general, parece que en los últimos años estas grandes concentraciones parecen haberse rarificado notablemente incluso en las mejores zonas, a pesar de que los estudios específicos y el número de aficionados a la observación de las aves en las mismas haya aumentado.
Lástima que no pudiera organizarme para una observación “conveniente” ya que me pilló de sopetón, cerca de Daimiel (CR), con apenas media hora de luz por delante y con la batería de la cámara en rojo… 
En todo caso y pareciéndome una observación digna de mención… estas son las fotos (infames, ya lo sé... son del móvil), pero que dan fe del hecho… 

domingo, 5 de marzo de 2017

Los Canchos de Ramiro






Pensando en algo que contar acerca de los Canchos de Ramiro, me encuentro con una presentación, que suscribo, acerca del libro “Mi Extremadura” del que es autor Miguel Herrero, ingeniero y naturalista, pero sobre todo divulgador apasionado de su tierra extremeña:






Black and white... 
with conspiquous dashes of yellow, 
like the egyptian vulture 
or red, like the black stork

Birds dress with the colourfull spring... 
like the blooming flowers or the clear blue skies.


“A cualquier habitante de nuestras ciudades le cuesta menos trabajo reconocer las distintas marcas de coches que saturan nuestras calles que identificar los árboles que dan oxígeno y belleza a nuestras poblaciones”…


"De esta forma, siento la necesidad de dar a conocer el mundo rural, ya desde la propia educación"…, como se hizo ilustrativamente patente con aquel famoso ejercicio que se presentó en diversos colegios de Madrid pidiendo que los niños pintaran una gallina, y que dio como resultado que un número significativo de escolares hubiera pintado un pollo asado.

Por Miguel Herrero he sabido del poema que Sánchez Ferlosio dedicó a los Canchos de Ramiro, del que sabiamente extrae unos cuantos versos que reproduzco. También cuenta anécdotas y leyendas, e impresiones… 


De sus paisajes y de sus aves ya me hago yo una idea.



Dejo aquí el enlace al documento de Miguel Herrero, que vale la pena leer completo...:

http://www.redforesta.com/wp-content/uploads/2011/04/Comunicacion-tecnica-Los-canchos-de-Ramiro-un-paisaje-del-inicio-de-los-tiempos.pdf


Los Canchos de Ramiro son ese territorio a la vez apacible y majestuoso en que se contrapone su imponente paisaje monumental, con su atmósfera sosegada y mansa. Tan cercano en distancia como afín en su semejanza a las formidables portillas de Monfragüe, y tan alejado en su opuesta tranquilidad... al margen de ornitología de masas. 
Tan merecedor de alta distinción como aquel y sin embargo, modestamente catalogado tan solo como Zepa.

Los Canchos de Ramiro son un lugar predilecto que visito todas las primaveras… 
Entro en los canchos de mañana temprana, con el sol que, viniendo de espalda, comienza a iluminar el crestón de cuarcita, y hace que brille con una variedad de colores entre blanco, rosado y gris.


Frente a sus estratos rocosos, los más verticales, y algunos plegados, pronto se observa el suave y pausado ir y venir de los buitres leonados y entre ellos, algún ágil alimoche, meciéndose sobre las primeras térmicas que desprenden las laderas. 
No es difícil descubrir sus nidos, inaccesibles, enclavados en alguna anfractuosidad de la pared.

La variedad de fauna en este paraje es fabulosa… y por solo mencionar a las aves más preciadas, a lo largo de las horas, tenemos la oportunidad de observar a las principales rapaces, a la cigüeña negra y al búho real. Pero además, con un poco de atención, es fácil que veamos a la nutria pescando en la orilla del embalse, ciervos y lagartos…

Las cigüeñas negras acuden, de modo recurrente a la pared rocosa, frente a la cual planean, ida y vuelta, una y otra vez, posándose de vez en cuando en alguna de las repisas en las que tienen sus nidos. 

De trasfondo, - como llamarlo -, el “graznido” del águila imperial se deja oír a lo lejos.


Con el trascurso del día, en el río la calma del agua apenas se interrumpe, asiduamente con las ondulaciones que alguna boga o barbo provoca en el agua… mientras soleándose sobre las piedras, los galápagos dejan pasar las horas. 

No es raro que antes o después, la nutria asome en alguna orilla, quizás pescando, quizás jugando.
El ecosistema de los Canchos comprende una flora y fauna típico de las sierras y de la dehesa extremeña, de sus bosques mediterráneos, con sus densos alcornocales y de su corte de arbustos, algunos como el grupo de las pistacias, indicadores del alto nivel de conservación del ecosistema. Una buena jornada de pura naturaleza da mucho de sí… y, frente a los canchos podemos deleitarnos con la observación de tanta fauna y flora como propicie nuestra curiosidad, capacidad de observación y habilidad para pasar desapercibidos. 
Ya al atardecer, algunos ciervos abandonan las sombras protectoras del calor diurno y acuden a las riberas a refrescar su sed, mientras que, amplificado con el eco de la pared rocosa, nos alcanza el misterioso canto del búho real que se despereza en su covacha.

La importancia de las poblaciones de aves existentes en el tramo fluvial de los Canchos de Ramiro fue decisiva para dar prioridad a su clasificación como Zepa. En sus cantiles nidifican cigüeñas negras, alimoche, buitre leonado, águila real, águila perdicera, búho real y halcón peregrino. También es territorio del águila imperial ibérica y del águila perdicera. En algunas laderas inaccesibles nidifica el buitre negro, así como águila culebrera, águila calzada, milano real, y gavilán.



La Zepa Canchos de Ramiro y Ladronera se extiende a lo largo del tramo bajo del río Alagón, un poco antes de su desembocadura en el río Tajo, y llega hasta el Puerto de los Castaños, en las inmediaciones de Cañaveral. 
Una cadena de sierras cruza las vegas fértiles del Valle del Alagón, siendo el final de un arco montañoso que atraviesa la provincia de Cáceres desde Las Villuercas, pasando por Monfragüe, para terminar en Portugal, como uno de los corredores naturales más importantes de Extremadura.
Estas cadenas montañosas son los Canchos de Ramiro, el Pico de Ladronera, las Sierras de la Garrapata, de la Solana, Grande, Pequeña, de Valdecocos, y del Arco. 


Además del Alagón, el espacio está atravesado por el río Árrago o la ribera de Fresnedosa, y dentro de sus límites se encuentra la presa de Portaje, que acoge avifauna acuática de Importancia Internacional según los criterios de Ramsar.
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