Now that travelling to Algeria has become relatively common, with the opening of new commercial markets, you may mistakenly think that this is not a country so many light years off our way of life: ... a modern airport terminal, acceptably urbanized avenues, good restaurants and even a mall ... in an environment of green, lush, succulent orchards and fruit plantations ...
This is probably what any professional visitor, usually to Algiers or other northern cities will think; And yet this occupy only a small area of a huge country where much of it is arid, ocher tones, the Sahara Desert in short.
And yet, a first outline of the well-worn expression "deep Algeria," is not to be found in its Roman ruins, or a visit to the port-restaurant La Madrague ... Nor is needed four hour flight to reach Tamanrasset and its Hoggar mountains, or Tassili.
In just over an hour (flying), a World Heritage Site by Unesco: Ghardaia, allows us to experience the conflict of a change of civilization, climate or tranquility ...
No more finding a beer, a cashier, even a taxi ... open your eyes to a friendly population and uncharted habits, to treatment towards women that is totally foreign to us, a possible offense in taking somebody a photograph ... an ancient architecture, an immense palm grove and its unique mode of distribution of water floods, a thirteenth century mosque which was the inspiration for architects like Le Corbusier.
Ahora que los viajes a Argelia se han vuelto moneda relativamente corriente, con la apertura de nuevos mercados comerciales, en la ingeniería o la energía y aun echando la vista no tan atrás, se puede erróneamente pensar que este no sea un país a tantos años luz de nuestro modo de vida… Ya se sabe… un terminal moderno de aeropuerto, avenidas aceptablemente urbanizadas, buenos restaurantes e incluso algún centro comercial… en un entorno de huertas y frutales, verde, exuberante y suculento… (mucho más verde por ejemplo que la región de Murcia o el sur de Alicante)… Occidente al sur del Mediterráneo…, o parecido.
Esto es probablemente lo que piense cualquier profesional que visite, por lo común, Argel o alguna otra de las ciudades del norte de Argelia: Orán, Constantina, … y sin embargo, estas ocupan apenas una pequeña superficie de un inmenso país en donde predomina mucho más lo árido, los tonos ocres, el desierto del Sáhara en suma.
Y sin embargo, un primer esbozo de la -expresión manida- “Argelia profunda”, lo tenemos no en sus ruinas romanas, o en una visita al puerto-restaurante de La Madrague…, tampoco hacen falta las cuatro horas de vuelo para llegar a Tamanrasset y a sus montañas de El Hoggar, o al Tassili; En algo más de una hora (de vuelo), la ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: Ghardaïa, nos permite vivenciar el conflicto de un cambio de civilización, de clima, de tranquilidad…
Se acabó el encontrar una cerveza, un cajero, siquiera un taxi… Abramos los ojos a una población amable y de ignotas costumbres, a un trato que nos es totalmente ajeno hacia las mujeres, a una posible ofensa en la toma de una fotografía,… a una arquitectura milenaria, a un inmenso palmeral y a su modo singular de repartición del agua de las riadas, a una mezquita del siglo XIII que fue la inspiración de arquitectos como Le Corbusier...
Las mujeres casadas de Ghardaïa, "tuertas y mancas", cubren "voluntariamente" su cuerpo y rostro con un lienzo blanco en el que una sola abertura permite "otear" alrededor, encontrar su camino y salvaguardar su intimidad.
La tela, sujeta con una mano deja solo la otra libre para asir la mano de un hijo, la bolsa de la compra o sujetarse a un pasamano.
La ciudad mozabita de Ghardaïa, situada en las estribaciones al norte del Sáhara, a 600 km al sur de Argel, está integrada por cinco pueblos fortificados o “ksar” (Bounoura, Beni-Jzguen, Melika, Ghardaïa y el-Atteuf) las cuales ocupan puntos particulares del relieve: islote, cresta, cima redondeada, pico y recodo, en el valle de M'Zab, tallado en la caliza de una meseta y ocupado por un inmenso palmeral datilero.
Los cinco "ksars", rodeados de murallas, se reparten una población que se hubiese podido reunir en una sola ciudad de mayor tamaño. En cada uno de ellos, la disposición se organiza en círculos concéntricos desde la mezquita hasta la muralla.La ciudad mozabita de Ghardaïa, situada en las estribaciones al norte del Sáhara, a 600 km al sur de Argel, está integrada por cinco pueblos fortificados o “ksar” (Bounoura, Beni-Jzguen, Melika, Ghardaïa y el-Atteuf) las cuales ocupan puntos particulares del relieve: islote, cresta, cima redondeada, pico y recodo, en el valle de M'Zab, tallado en la caliza de una meseta y ocupado por un inmenso palmeral datilero.
Cada uno de ellos posee, fuera de sus muros, su propia "ciudad" de verano, lugar de migraciones estacionales, con un tejido urbano menos denso, y dispersa en su propio palmeral (de creación artificial), con un cementerio y una mezquita.
Un paisaje armonioso, que combina lo blanco y lo azul, se organiza en torno a la mezquita fortificada y a su minarete-atalaya. Casas de ladrillo crudo recubiertas de escayola con aberturas estrechas, finas; cubos, terrazas, líneas horizontales y pasadizos abovedados están reunidos en una gran pureza arquitectónica. Fuera de los muros, en las "ciudades de verano", las casas tienen un marcado aspecto defensivo.
"El hábitat del valle de M'Zab ha ejercido una influencia sobre los arquitectos y urbanistas del siglo XX, desde Le Corbusier hasta Pouillon". Los ksars y las ciudades de verano aportan un testimonio "sobre la cultura ibadita en su apogeo". Los ksars y las ciudades de verano constituyen un ejemplo de hábitat tradicional que perdura hasta nuestros días.
Niños... expresión de normalidad y alegría...
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