NOVEMBER 15
The famous lying fold on the Eastern face of the “Cilindro de Marboré” pick
The Pyrenean range emerged from the fathoms of the seas, between the Iberian and Eurasian continental masses, uplifting more than 3.000 meters the stratified sediments that were there accumulating.
This is the case of the thrusted limestone rocks that form the Marboré Cylinder pick (3.325m), one of the principal summits of the Monte Perdido (Mont Perdu) massif in the Ordesa world heritage National Park.
El célebre pliegue acostado de la cara Este del Cilindro de Marboré
En el Cretácico superior (-100 a -65 M. de años) y al principio de la era Terciaria, en el emplazamiento de los futuros Pirineos, los sedimentos calcáreos se depositaban en un mar continental poco profundo que en aquella época recubría la antigua cadena de montañas hercínicas, reducida entonces por erosión a un estado de penillanura.
“Alveolina”, un foraminífero del Eoceno (*), si alguna vez pensó en algo, lejos estaba de imaginar que su tranquilo mar tropical estaba destinado a sufrir un proceso titánico por el que los sedimentos que en él se depositaban y que lo sepultarían cuando muriera, acabarían haciendo frente a la nieve y al viento, a más de 3.000 metros de altitud y a varias decenas de kilómetros de distancia, allí donde un perplejo Louis Ramond de Carbonnières (**) lo encontraría tanto tiempo después…
En el Cretácico superior (-100 a -65 M. de años) y al principio de la era Terciaria, en el emplazamiento de los futuros Pirineos, los sedimentos calcáreos se depositaban en un mar continental poco profundo que en aquella época recubría la antigua cadena de montañas hercínicas, reducida entonces por erosión a un estado de penillanura.
“Alveolina”, un foraminífero del Eoceno (*), si alguna vez pensó en algo, lejos estaba de imaginar que su tranquilo mar tropical estaba destinado a sufrir un proceso titánico por el que los sedimentos que en él se depositaban y que lo sepultarían cuando muriera, acabarían haciendo frente a la nieve y al viento, a más de 3.000 metros de altitud y a varias decenas de kilómetros de distancia, allí donde un perplejo Louis Ramond de Carbonnières (**) lo encontraría tanto tiempo después…
En efecto, el empuje de Iberia contra la placa tectónica Euroasiática, formó los Pirineos, por apilamiento de fallas cabalgantes o contractivas. El pliegue del Cilindro se sitúa en la parte frontal, plegada, de uno de estos cabalgamientos. Sobre estos mantos de escala regional, la acción erosiva de los ríos y los glaciares ha esculpido y aún lo hace, el relieve de las montañas, las cuales resistiendo a la erosión, conforman el Macizo del Monte Perdido tal como lo vemos hoy en día y como lo vio Ramond, hace doscientos años.
(*) Los foraminíferos son organismos constituidos por una única célula, que aparecieron a principios de la Era Primaria (Cámbrico) y cuyos descendientes han llegado hasta nosotros, poblando los mares y océanos actuales, desde las zonas litorales (hipo o hipersalinas) hasta los fondos oceánicos, y desde el tró- pico hasta los fríos océanos Ártico y Antártico. Constituyen uno de los pocos grupos de seres unicelulares que fijan su superficie celular, de manera permanente, mediante la construcción de un esqueleto mineral (la concha), que muchas veces adquiere formas tan caprichosas como un platillo volante, una linterna china o una pelota de rugby… Los foraminíferos constituyen un grupo de organismos cuya abundancia en el registro fósil a lo largo del tiempo geológico, evolución, complejidad y tamaño los convierte en una herramienta privilegiada para estudiar el presente y pasado de la Tierra.
(**) El barón Louis Ramond de Carbonnière fue un político, geólogo y botánico francés, considerado como uno de los primeros exploradores y expertos de la alta montaña pirenáica. Fue el primero en ascender al Monte Perdido, en 1802, expedición de la cual publicó un célebre relato “Voyage au Mont-Perdu et dans la partie adjacente des Hautes-Pyrénées”.
(**) El barón Louis Ramond de Carbonnière fue un político, geólogo y botánico francés, considerado como uno de los primeros exploradores y expertos de la alta montaña pirenáica. Fue el primero en ascender al Monte Perdido, en 1802, expedición de la cual publicó un célebre relato “Voyage au Mont-Perdu et dans la partie adjacente des Hautes-Pyrénées”.
Photo 1: Cylinder from glacier lake,
Photo 2: Cylinder from the climb to Monte Perdido,
Photo 3: View North from the Cylinder to the Marboré lake in the Pineta valley and through Tucarroya, to the french Estaubé valley.
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