Astérix popularizó el muérdago entre mi generación…, una
planta sagrada para los antiguos druidas, entre ellos Panoramix… indispensable para fabricar su célebre poción mágica y un alivio para todo mal,
físico o mental.
Y
es que en efecto, el muérdago, se
utilizaba en las festividades asociadas al Año Nuevo Celta, “Samhain”, hacia el
primero de noviembre, cortado mediante un ritual respetuoso y complejo. Cuando
la luna tenía seis días, había que escoger el árbol, preferentemente un roble,
al que había que pedirle permiso y cortar el muérdago con una profusión de
reverencias, utilizando una hoz de oro.
Incluso, ya en la
antigüedad se consideraba que besarse debajo de un árbol con muérdago hacía
durar el amor o incluso podía iniciarlo. Sin embargo, con la aparición del
cristianismo, la fuerte simbología pagana hizo que esta tradición cayera en
desuso… hasta nuestros días. El cristianismo alentó en cambio la bondad del
acebo, otra planta sagrada de los celtas, que se acabó convirtiendo en un
símbolo de la Navidad. Hoy día, junto con plantas vivas de acebo (actualmente
está prohibido cortarlo) aún se puede comprar muérdago en los mercadillos
navideños.
La leyenda dice que los
poderes mágicos del muérdago provienen de que fue creado como un elemento que
no provenía ni del cielo ni de la tierra, ya que sus raíces no tocan nunca la
tierra, pero tampoco se sostiene por sí mismo en el aire. De ahí la costumbre
de recogerlo sin permitir que caiga al suelo, y de colgarlo del techo.
Indudablemente en el origen, el
carácter mágico atribuido por los celtas al muérdago tenía que ver con sus
numerosas propiedades medicinales, no solamente místicas, ya que muchos
remedios y ungüentos utilizados desde aquella época estaban realizados a partir
de esta planta. Hoy en día se ha podido demostrar que posee principios activos
eficaces para combatir enfermedades como la arteriosclerosis, reducir la
tensión y mejorar la circulación sanguínea.
Un huésped que debilita a los
árboles
Es posible que a usted le gusten las
tradiciones y que desee cortar muérdago personalmente. El principal problema puede
residir, primero en localizar un árbol que lo contenga... y después, en trepar
a él, armado de unas buenas tijeras de podar, ya que no creo que disponga a
mano de una hoz de oro.
También es posible que quiera usted
cortar el muérdago porque siendo una planta parásita, absorbe el agua y los
nutrientes del árbol hospedador… Los árboles saludables lo toleran en algunas
ramas, sin embargo cuando prolifera, los árboles pueden debilitarse, tener
ramas secas y a veces morir.
El muérdago desarrolla un crecimiento
propio mediante el proceso de fotosíntesis por lo que no es estrictamente una
planta parásita, sino semi-parásita. Crece preferentemente en las ramas de
encinas, pinos y robles, en lo que a simple vista parece una madeja de tallos
en forma de pelota.
Las bayas, primero verdes y blancas
al madurar a finales del otoño, no son comestibles, aunque al igual que ocurre
con otras bayas, los pájaros sí que las aprovechan. Sus semillas viscosas se
pegan a su plumaje, de ahí el género latino de la planta: “viscum”, de modo que
para desprenderlas, las aves se frotan contra algún tronco, propagando así la
planta.
Esta se desarrolla sobre el árbol
portador, sobre el que crece con una adherencia sorprendente. El muérdago presentado
en estas fotografías se encuentra en los bosques de pinos silvestres (pino de
Valsaín o Albar) de “Pinares Llanos”, en Peguerinos, Avila, en donde es muy
abundante.
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