Me sorprendió un amigo hace algún tiempo diciendo que le haría ilusión ver una nutria…
Serán las, qué sé yo, miles de horas pasadas en el campo…, pero rememorando y rebuscando en los baúles de recuerdos que andan por ahí en el cerebro, me di cuenta de que…
por un lado, no sé ni la cuenta de las nutrias que he podido ver, pero muchas… muchísimas…,
y por otro, ver una nutria es siempre una gozada.
Así es que, en homenaje a mi amigo, no voy a describir la vida y milagros de estos simpáticos animalillos, pero sí que os cuento…,
“Una de nutrias…”
“Una de nutrias…”
Descansando sentado sobre un escarpe rocoso, dominando las aguas de un buen tramo del Esla, en la provincia de Zamora, adonde me he acercado para comprobar la cría de algunas rapaces, tengo la mente distraída y los prismáticos delante de los ojos…
Estoy entretenido con algunos patos que nadan en el río delineando rayas que cortan el agua a lo lejos…
Estoy entretenido con algunos patos que nadan en el río delineando rayas que cortan el agua a lo lejos…
Una sorprendente cangrejera lleva un tiempo también descansando en la orilla, a ratos cambiando de postura, rebuscando…
A veces, pasan una o dos garcetas… o una garza real, que también se ha venido a posar y se ha quedado estática…
Lavanderas, currucas y carboneros,… Milanos, ratoneros y algún leonado…
A lo lejos, una línea me llama la atención. Puede ser otro pato, pero me parece que avanza más rápida, que la estela se abre más y sobre todo, que el punto que la precede es más grande.
Enfoco y no hay duda, es una nutria que viene enfilada hacia mí…
A veces se hunde y la línea se interrumpe, para rebrotar un poco más cerca…
Tiempo justo para agazaparme entre la roca, encima y a unos diez metros sobre la orilla a mitad rocosa, a mitad herbosa.
No han pasado muchos minutos y la nutria, una hembra adulta llega a la orilla, en donde esperan tres crías que han salido de algún encame que no alcanzo a distinguir.
Al cabo de un rato me oyen moverme y me miran, con tal naturalidad que mi presencia parece no importarles…
de hecho siguen en la orilla un rato más…
de hecho siguen en la orilla un rato más…
Al cabo, todas regresan al río en donde nadan juntas.
No parecen tener prisa, pero inexorablemente se van alejando siguiendo la orilla, explorando en busca de alimento,
mientras juegan las unas con las otras…
No parecen tener prisa, pero inexorablemente se van alejando siguiendo la orilla, explorando en busca de alimento,
mientras juegan las unas con las otras…
pescando cangrejos entre las cañas que sobresalen del agua…
la madre se encarama aquí y allá a las rocas para marcarlas con sus heces…
El espectáculo es propio de un documental y de una duración inusual ya que cuando aun teniendo a las nutrias a la vista miro el reloj, pasa una primera hora, luego una segunda y finalmente, desisto de seguir con el disfrute antes de que acabe la tercera, ya con los animales a vista de telescopio …
Nutrias he visto unas cuantas y son animales que no resultan especialmente huidizos, que actúan con bastante naturalidad y confianza y que permiten la observación de su simpático comportamiento.
Debo añadir que aunque encontrarlas es en cierto modo cuestión de suerte, primero es obviamente fundamental tener constancia de que en tal o cual zona las hay.
Después, es importante saber por dónde suelen moverse… asumiendo que recorren varios kilómetros de río por lo que por un lado, en el día que elijamos pueden estar en otra parte… pero si tenemos paciencia, al cabo de un rato pueden aparecer nadando.
Finalmente y como en toda observación de la naturaleza, también puede ser que ese día estén cansadas de haber estado pescando y se lo pasen durmiendo encamadas o metidas en su madriguera, o que para que cuando nos vayamos, aún no hayan dado en pasar cerca.
No creo que haya horas para las nutrias… las he visto de mañana y de tarde, o en las horas crepusculares… y gustan en mi opinión de las aguas amplias y remansadas… en ríos o embalses que pueden ser grandes pero también relativamente pequeños, incluso grandes pozones, pequeños azudes… y en los que por lo general, los niveles se mantengan relativamente estables.
Decía Eugenio, el humorista, “…me gusta jugar al póquer y perder… ganar tiene que ser ya la repera…”.
Decía Eugenio, el humorista, “…me gusta jugar al póquer y perder… ganar tiene que ser ya la repera…”.
Pues a mí me gusta ir al campo y disfrutar de las luces, el amanecer o la puesta del sol, la brisa y la tranquilidad…
Si me sale una nutria, un lince o un lobo, entonces, para qué más!!!
Si me sale una nutria, un lince o un lobo, entonces, para qué más!!!