AUGUST 16
Circo de Colomers (Pirineos - España)
"La
verdadera dimensión de Colomers, su máxima expresión, su mágica y abrumadora
magnitud se asumen alcanzando una de las cumbres que cierran el circo"...
Estanys e ibones de la alta montaña pirenaica, catalana o aragonesa,
lagunas de Gredos, de Sierra Nevada o de Trevinca, casi todas comparten un origen
glaciar; ocupan las altas cubetas excavadas hace miles de años por los hielos, su encame recóndito, como el del lobo en el bosque, aunque los hay también diseminados
valle abajo, u ocupando el fondo de los mismos.
"Los lagos, sobre todo comparten su mágica belleza, que no hay laguna sin encanto, sin misticismo y hasta sin exquisitez"…
Si de acumulación de lagos glaciares hablamos, el circo de Colomers, en el valle pirenaico de Tredós, es en donde posiblemente
se encuentre una más asombrosa concentración en España, con alrededor del medio
centenar. Los hay grandes y pequeños,
permanentes y estacionales, someros y profundos. Toda una amplia gama cuyas
aguas -¿qué decir de sus aguas?- puras y transparentes, que dan ganas de
bebérsela toda, de hacerse agua y fundirse con ella, adquieren una variedad de tonos que van desde el turquesa hasta
el negro. (Otras zonas con gran acumulación de lagos glaciares se encuentran en
Panticosa – Aragón, o en el Alto Tera – Zamora, en donde se sitúa, además, el
lago de Sanabria, el mayor lago glaciar de España).
La máxima glaciación en
esta zona del Pirineo se produjo hace 40.000 años. El paisaje actual es el
resultado de la erosión de los glaciares sobre un macizo granítico centrado en
el Gran Tuc de Colomers, casi un tresmil (2.933m). Los lagos, con sus formas
redondeadas, se escalonan a lo largo del valle, separados por las morrenas que se
fueron depositando.
Hace muchísimos años, se derritió el hielo, dando lugar a las
lagunas glaciares..., azules ocelos de la montaña…
Los estanys cambian de aspecto en
función de la época del año: cubiertos de hielo y de nieve en el invierno…, con
aguas claras, a rebosar y rodeados de colores vibrantes, tras el deshielo
primaveral…, el volumen del agua desciende en muchos casos notablemente en el verano.
Suelen encontrarse por encima de
los 2.000 m de altitud y les rodea un variado y grandioso decorado, de praderas
y de crestas montañosas.
"Cuando llegamos allí era verano y el paisaje era risueño y
luminoso, pero pronto se tapó el sol… Las nubes negras barruntaban sobre el valle.
Solo una hora después, nos rodeaba el blanco invierno"...
Saltar de lago en lago, por el circo de
Colomers, era ir de joya en joya…
Al
encontrarse por encima del límite del bosque, la vegetación está formada
principalmente por rododendros, prados y herbazales húmedos. En las zonas más
bajas, en torno a los dos mil metros, hay pino negro.
En la floración primaveral, los narcisos, el miosotis o nomeolvides, la genciana, y la azucena o lirio de los Pirineos: "la flor de lis amarilla"… visten las praderas con un sinfín de colores.
El acceso a Colomers, desde Salardú, en el valle de Arán, es subiendo el valle de Tredós hasta los Baños. Allí se encuentra un aparcamiento, desde donde se sigue una ruta a pie -o en taxi- de cinco kilómetros hasta la zona de la Montanheta. Dos senderos circulares, uno corto de tres horas que pasa por siete Lagos, o el circuito largo que recorre todo el circo en unas seis, permiten con una dificultad media, aunque de mayor o menor duración, disfrutar de un entorno idílico.
En la floración primaveral, los narcisos, el miosotis o nomeolvides, la genciana, y la azucena o lirio de los Pirineos: "la flor de lis amarilla"… visten las praderas con un sinfín de colores.
El acceso a Colomers, desde Salardú, en el valle de Arán, es subiendo el valle de Tredós hasta los Baños. Allí se encuentra un aparcamiento, desde donde se sigue una ruta a pie -o en taxi- de cinco kilómetros hasta la zona de la Montanheta. Dos senderos circulares, uno corto de tres horas que pasa por siete Lagos, o el circuito largo que recorre todo el circo en unas seis, permiten con una dificultad media, aunque de mayor o menor duración, disfrutar de un entorno idílico.
Ir de excursión a la alta montaña es siempre un ejercicio de responsabilidad.
Incluso en el verano, las condiciones del terreno, el clima, nuestras fuerzas o el tiempo disponible pueden diferir de lo previsto.
Es muy conveniente ir siempre acompañado, y si nuestra compañía consiste, o incluye un guía profesional, mejor que mejor.
Los Pirineos, y el Valle de Arán en particular, cuentan con un extraordinario plantel de guías de montaña...,
entre ellos, mi amigo y tocayo Ignacio Aldea es una garantía de tranquilidad, éxito y buen recuerdo.
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