La presencia de especies
exóticas en nuestro medio natural es un tema que despierta muchas
controversias.
Por una parte, están los
intereses de colectivos de caza, de pesca o comercios de animales, y el apoyo cuando no al menos la “vista gorda” de algunas administraciones,
y en la parte opuesta, están las advertencias y protestas de técnicos y profanos en
ecología y medio ambiente que advierten de los daños de su proliferación.
Me rondaba en la mente hace
tiempo tratar de este tema y, de hecho, no me faltan fotos de algunas especies
de animales, digamos exóticos… galápagos de Florida, cotorras argentinas,
cangrejos, visones… y sin embargo, aunque algunos de estos animales son
vistosos, bonitos y llamativos, no encontraba el punto de dedicarles una
entrada…
Hasta que he reparado en
alguna foto que tengo de un pajarito rojo, precisamente así…, muy llamativo, muy bonito y muy
vistoso, que desde luego es un ave exótica, pero que aunque como tantas otras
de las especies invasoras debe ser tratado como posible
fuente de amenaza para el medio natural y las especies autóctonas, no se le han
detectado efectos negativos, dado que ocupa un medio totalmente artificial,
donde muchas aves nativas están limitadas ecológicamente.
Hablamos del bengalí rojo,
un ave que se puede considerar que se ha
convertido ya en nueva especie de la avifauna española. El bengalí rojo se
ha escapado de numerosas jaulas, colonizando no sólo España, sino desde Estados Unidos a buena parte de la Europa y África
circun-mediterránea.
De origen asiático, ha ocupado con éxito los cultivos de regadío, un ecosistema
artificial e igualmente reciente, en donde nidifica en zonas con vegetación
palustre de carrizos y espadañas. La presencia artificial de agua en su hábitat
permite que aún en pleno verano pueda nidificar, manteniendo así una reproducción
tardía que coincide con la época de los monzones asiáticos de su área
originaria de distribución.
Sin querer dar una palmada
aprobatoria a la presencia de ninguna especie invasora en nuestro territorio,
no quita que al menos en el caso del bengalí rojo, es un gusto tenerlo en el
visor de la cámara, particularmente a los machos en época de reproducción, con
su plumaje rojo carmesí con puntos
blancos.
Aves fotografiadas en el mes de diciembre en la comarca extremeña de La Serena.
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