Un mundo hecho para los sentidos
Un anfiteatro de roca caliza…
un laberinto de disoluciones y una abundante infiltración de agua de lluvia dan
lugar a un paraje singular, único… y fascinante: El Nacedero del Urederra, o "río bello" en lengua vasca.
Un rincón hasta no hace mucho
secreto, remoto y misterioso, en donde se mezcla la penumbra de su cerrado
bosque de hayas y el claroscuro de los árboles de ribera, con la luminosa
irradiación turquesa de las pozas cristalinas.
Mundos paralelos en donde
convive la impetuosidad del arroyo tumultuoso, con la paz y el sosiego de la
arboleda circundante…, en donde las libélulas se afanan en sus vuelos nerviosos
sobre el agua mientras los pájaros, invisibles, solo se dejan presentir por sus
cantos continuados.
En definitiva, luces y colores
que relajan la vista, olores a boj y a mentas que estimulan el olfato, frescores
y tibieces que hacen percibir la vida... y rumores, silbidos y silencios variados…
Geología
Geología
La fisionomía y la dinámica del
enclave natural del Urederra se fundamentan en el carácter kárstico de la
elevada mesa calcárea de la sierra de Urbasa, con sus dolinas y uvalas exteriores
y sus cuevas y sumideros en el interior, todo ello originado por el agua de la
lluvia que, copiosa, disolviendo la roca caliza cretácia, se infiltra a través
de simas y galerías para brotar al exterior cuando encuentra las margas
triásicas impermeables y subyacentes.
De hecho, más allá del nacedero
del Urederra y los manantiales de Riezu y Arteta, en la sierra de Urbasa apenas
se encuentra agua en superficie…
Vida en el hayedo
Los hayedos
ocupan la mayor parte de la superficie arbolada del Parque Natural de la Sierra
de Urbasa y junto a esta especie dominante crece un cortejo de arces, tilos,
tejos acebos y fresnos.
Arbustos como
el espino albar, el espino navarro y los rosales silvestres son escasos bajo el
hayedo, apareciendo frecuentemente en los lindes del bosque, mientras en el estrato
herbáceo proliferan orquídeas, eléboros, narcisos y anémonas.
En los pocos arroyos y fuentes
en los hayedos habitan interesantes especies de anfibios como el tritón
palmeado y la rana bermeja, así como una rica y variada avifauna caracterizada
por especies forestales como pinzones, carboneros, herrerillos, carpinteros y
zorzales, así como rapaces diurnas y nocturnas: azores, ratoneros y el
misterioso cárabo. Con estas especies
conviven ardillas y lirones, así como algunos pequeños carnívoros como el
zorro, el tejón, la marta y el gato montés.
En los rasos de pasto, los hayedos dejan lugar a extensas
formaciones mixtas de prados salpicados de espinares y enebrales. En el
conjunto del Parque de Urbasa y Andia estos ocupan casi la mitad de la
superficie, con desigual presencia. En la Sierra de Andia casi la totalidad del
territorio se encuentra ocupado por pastos, no siendo así en Urbasa en donde la superficie forestal arbolada es predominante.
En los pastos y brezales de los rasos se pueden observar especies de aves como alondras, acentores, collabas, tarabillas y pardillos, mientras que en las zonas que muestran afloramientos rocosos son abundantes los bisbitas y colirrojos. En estos rasos también son numerosos los mamíferos como erizos, topos y liebres.
En los pastos y brezales de los rasos se pueden observar especies de aves como alondras, acentores, collabas, tarabillas y pardillos, mientras que en las zonas que muestran afloramientos rocosos son abundantes los bisbitas y colirrojos. En estos rasos también son numerosos los mamíferos como erizos, topos y liebres.
Recientemente se ha detectado
en el Parque Natural la presencia del Quebrantahuesos, especie catalogada como
en peligro de extinción a nivel nacional
Mención aparte
merecen los quirópteros (murciélagos). Se han detectado en el Parque Natural
siete especies, de las cuales cinco están incluidas en el Catálogo de Especies
Amenazadas y no se descarta la presencia de más especies de este grupo.
El inapreciable conjunto de sus valores condujo al Gobierno de Navarra a la declaración de las Sierras de Urbasa y Andía como Parque Natural en el año 1997, en aras a garantizar su conservación y la continuidad del espacio natural.
El inapreciable conjunto de sus valores condujo al Gobierno de Navarra a la declaración de las Sierras de Urbasa y Andía como Parque Natural en el año 1997, en aras a garantizar su conservación y la continuidad del espacio natural.
Al nacedero de Urederra o lo que es lo mismo, a la Sierra de Urbasa, se accede
desde Estella o desde Alsasua. En ambos casos hay que alcanzar la localidad
navarra de Baquedano desde donde la visita se realiza a pie, en un paseo de
voluntaria duración, pero en general de unas dos a tres horas. Debe tenerse
presente que, como ocurre con tantos sitios que se han popularizado, se ha
restringido el número de visitantes diarios y si bien el cupo solamente se
cubre algunos fines de semana de temporada alta, conviene o bien madrugar o
bien reservar con antelación.