lunes, 11 de mayo de 2015

El berrocal de Monsanto









Monsanto, dicen las guías es “el pueblo más portugués de Portugal”, (Esto es lo que decidieron por votación los portugueses en los años setenta). 


Sus imágenes me invitaban desde hace tiempo y ya era hora, a visitarlo y dejarme sorprender por la grandeza del granito, que marca su fisonomía y su carácter.



Irguiéndose como maravillosos pilares sobre la llanura circundante, los inselbergs de Monsanto, Moreirinha y Alegrios forman un archipiélago de acastillados caos de bloques ciclópeos que se distinguen desde muchas decenas de kilómetros de distancia.

Inselberg: Relieve aislado (colina o pequeño macizo) que domina significativamente una llanura o una meseta subhorizontal.

En su conjunto constituyen la porción visible de la terminación Sureste del Batolito Granítico de Penamacor, una gran masa ígnea que se instaló en la corteza terrestre hace 300 Millones de años y que ha sido retrabajada por la erosión durante los últimos 250 M.A. Se eleva a 300 metros de altitud sobre la llanura circundante, alcanzando una altitud máxima de 758 m en Monsanto. 



Monsanto da Beira , encaramada en la colina conocida por muchos siglos como Mons Sanctus, es uno de los lugares en Portugal, en donde aún se respira una relación espiritual profunda del hombre con la roca y hoy es buscado por los "modernos druidas " de todo el mundo.

El apego del hombre a la roca hace de Monsanto un lugar único en donde cada forma, natural o esculpida, tiene una historia que contar. Los pueblos antiguos practicaban su religión naturalista sacralizando espacios y rocas que la naturaleza se esforzó en dar forma. Y la naturaleza ha sido particularmente imaginativa con el granito en Monsanto. La forma en que la erosión se produjo asociada a un patrón característico de la fracturación de las rocas, promovió la escultura natural en formas que se repiten en el espacio.

Al girar la esquina de una calle, una enorme roca que parece aplastar una casa, y otra más, y otra. Todas las casas están construidas entre enormes rocas redondeadas, y que a su vez forman parte de ella, de sus muros, de sus tejados, de pasadizos y rincones íntimos. Una gigantesca roca verde, de tanto musgo adherido, de frente otra más, pero de un color grisáceo, unas pequeñas escalinatas esculpidas en la roca para acceder a la casa, un muro que se confunde en su continuidad con la roca natural…


Cómo llegar: Poco más allá de la frontera de España y Portugal, en tierras lusitanas, tomando como referencia la ciudad cacereña de Coria y el pueblo de Moraleja, nos adentramos en tierras portuguesas por la carretera CC214. 
A unos 40 km encontramos la localidad de Monsanto.


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