Hubo un tiempo en que las carreteras, con solo dos carriles: uno para ir y otro para volver, sus curvas y sus camiones, por fuerza se recorrían despacio.
Era un tiempo en que abundaban ventas, hostales y gasolineras que ahora yacen abandonadas y arruinadas, impúdicas a la vista de todos…
Pues bien, viajando por el norte de Burgos, en una de estas antiguas carreteras hay un letrero que indica un monumento singular: “Al Pastor”.
Ahora raramente es visitado, por eso de las prisas con que por lo general vamos en carretera, de un lado para otro… y porque al lado adosaron una autopista de peaje por la que vamos la mayoría...
Se erige un monumento de agradecimiento y homenaje a un descubridor, a un político, a un emperador romano, o… a un soldado desconocido… ¿pero a un pastor?
Sin embargo ese último es el concepto… pastores, soldados a su modo, desconocidos sin duda, cuidando del ganado, de que no le falte la comida, de que los recién paridos no mueran de frío, de que no ataque el lobo…
Ya no quedan pastores, o casi... Vaya, que ya no quedan como los de antes.
Tiempos aquellos en que cuando avistabas a un rebaño con su pastor, podías orientar tu camino, preguntando, es un decir, por “La Fuente de La Teja” o “La Bocamina Pozo Marina” que salían en el mapa pero no alcanzabas a encontrarlas, “Hay camino para llegar a…?”, o “...y en donde se dan esas caracolas en las piedras?”, o “Cría por aquí el alimoche, ese que es como un buitre pero blanco y con el pico amarillo?”… y te contaban historias de secular interés.
El pastor español, hecho al frío y al calor, al viento y a la escasez, a la pena y a la alegría, pero siempre a la soledad, con su noble mastín pachorrón, sus nerviosos perros de guía y un borrico que le lleve los aperos, lechales, morrales y raramente a sí mismo.
El pastor español, conocedor de los pastos, predictor del tiempo, de la lluvia que le traerá nuevos brotes de hierba... (Bureba - Burgos 1990)
Ahora, si consigues que te entiendan, si hay suerte y el pastor es peruano, ecuatoriano o si siendo rumano o ucraniano habla el español, llevará seis meses, a lo sumo, recorriendo día tras día el mismo campo, las mismas veredas y no tendrá la más remota idea de lo que le preguntas… Para cuando sepa algo, ya estará trabajando en otra parte.
Cuenta la historia que estando el pastor palentino Esteban Freschilla en el paraje que dicen de La Picota, en Ameyugo (entonces los pastores recorrían España como ahora nos vamos una semana al otro lado del mundo), le sorprendió una tormenta con aparato eléctrico y desenlace fatal... El Sindicato Nacional de Ganaderos de la época erigió un monumento "Al Pastor Español" al que asistieron los altos cargos de la nación, así como un autobús lleno con sus familiares y vecinos…
Bonito blog!!! interesante
ResponderEliminarEstá chulo
Un saludo
Jordi Vall
Recuerdo Abandonado
Gracias Jordi.
ResponderEliminarGracias Jordi
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