Las aves limícolas frecuentan los entornos acuáticos, marinos y continentales, en donde pasan más inadvertidas que otros grupos de aves más vistosos y populares: patos, golondrinas de mar, zancudas o rapaces… Aun así, no son difíciles de observar en cualquier orilla, playa o isleta, en grupos pequeños o numerosos, frecuentemente compuestos por más de una especie de aves.
Grupo de agujas colinegras
Si para el común de los turistas que, provistos de un par de prismáticos se introduce en la práctica de la ornitología en cualquier reserva lacustre, ya es un logro identificar las distintas especies de anátidas, el problema se acrecienta cuando las aves que se ven pertenecen a este otro grupo de los limícolas… y sin embargo, a quién no le pica la curiosidad de saber el nombre de aquella especie que se pasea, nerviosamente, picoteando el barro de una laguna o la arena de una playa, o que reposa al borde del agua…?
En España, el número de especies de aves limícolas no es pequeño. De algo más de doscientas especies descritas a nivel mundial, contamos, de manera habitual, con entre treinta y cuarenta.
Comparativa entre el zarapito trinador (izq) y el real (dcha)
Esta cifra es muy imprecisa, porque además de las especies residentes o que se reproducen en nuestra geografía, incluye a las especies migrantes que solo nos visitan de manera habitual o más o menos esporádica en el invierno o en los pasos migratorios, pero además, a las denominadas “rarezas”, o aves que llegan hasta la península en situaciones excepcionales.
Treinta y pico especies de aves, a priori bastante parecidas, ya son de por sí un número elevado para aprender a diferenciarlas… En primer lugar, podemos descontar a siete especies de aves que siendo limícolas, se diferencian francamente del resto, bien por su descripción o por el hábitat que ocupan. Quién no sabe acaso distinguir a las comunes cigüeñuelas y las numerosas avefrías que ocupan los campos invernales, las vistosas avocetas o las menos frecuentes canasteras. Igualmente fáciles de identificar son el alcaraván con sus grandes ojos amarillos y el llamativo ostrero con su pico rojo rubí. Finalmente, la becada o chocha perdiz, con ser un ave limícola, es habitante de los bosques.
A pesar de todo, sigue quedando la nada desdeñable cifra de veinticinco especies de aves, así que… en algo hay que fijarse para descartar a unas, atribuir a otras… y tratar de llegar, al menos al grupo al que pertenezcan y si es posible a la especie. Dicho sea de paso, en muchas de ellas, los machos no son iguales que las hembras, ni los jóvenes son iguales que los adultos, ni el aspecto invernal es igual que el reproductivo. De esto último, quizás el caso más singular es el del combatiente.
La mayor parte de las aves limícolas se observan durante su estancia invernal o en los pasos migratorios, siendo escasas tanto las especies como el número de aves que se reproducen en nuestro territorio. Sin embargo lo dilatado de los pasos pre-nupciales y post-nupciales hace que la variedad de especies que se puede observar en los meses de primavera y verano no permita identificar a las especies por su condición de reproductor.
Cuando observamos a un ave limícola, para su identificación debemos fijarnos de manera general en tres aspectos que diría que siguen el orden siguiente:
- Primero en su tamaño general, bien sean aves grandes, medianas o pequeñas. Grupo de vuelvepiedras
- Lo segundo en el pico… su tamaño respecto al cuerpo, su forma, curva o recta y su color.
- Lo tercero en las patas y algunos aspectos del plumaje.
LIMÍCOLAS GRANDES
En cuanto al tamaño, pronto aprenderemos a diferenciar lo que es un limícola grande de otro mediano y este de uno pequeño. Cinco especies de limícolas son francamente grandes. Los dos zarapitos: el trinador y el real, que tienen además un pico curvo que los hace inconfundibles. El zarapito real es realmente grande, pero su pico ya es superlativo… Quevedo diría que es un ave a un pico pegada.
Las dos agujas: la colipinta y la colinegra son también aves grandes, con un pico largo, recto y fino, de ahí su nombre y que se diferencian la una de la otra, como también indica su nombre, por el color de su cola.
Finalmente, el combatiente es igualmente un ave limícola grande, pero de pico recto y más corto. En plumaje nupcial en el verano, sería totalmente inconfundible, además de espectacular… por desgracia esa época la pasan lejos de nosotros en el norte de Europa.
Combatiente, macho y hembra a izq y dcha.
LIMÍCOLAS MEDIANAS
Vienen después las aves limícolas medianas. Siguen quedando veintitrés especies de las que siete pertenecen a este grupo. Cuando decimos medianas pensamos en el tamaño de un mirlo…, subido a unos zancos. Si nos fijamos no solo en el pico, sino en el aspecto general, podemos de entrada distinguir a la agachadiza común, una especie frecuente y gregaria, inconfundible porque sus patas cortas la hacen parecer que no está erguida… Tiene un pico largo y recto y un plumaje listado.
Grupo de agachadizas comunes
Pico igualmente largo y recto es el que presentan los tres archibebes: el común, el claro y el oscuro. El archibebe común es una especie frecuente y que se reproduce en nuestros humedales. Las tres son especies de aves estilizadas y elegantes y esta especie se distingue fácilmente en época reproductora porque sus patas y parte de su pico adquieren un intenso color anaranjado. Las otras dos especies presentan las patas y el pico oscuro y se distinguen por su plumaje, oscuro o claro, como su nombre indica.
Finalmente, limícolas medianas son los chorlitos: el gris, el dorado y el carambolo, que en este caso, poseen un pico francamente corto, por lo tanto distinto al de las especies anteriores. Estas tres especies se pueden observar en época invernal y aunque el carambolo se reproduce en nuestro territorio, lo hace en áreas de la montaña pirenaica.
LIMÍCOLAS PEQUEÑAS
Quince especies completan finalmente el plantel de las aves limícolas pequeñas. En este caso se trata de aves de un tamaño parecido al de un gorrión o algo mayor. Una vez identificadas por su tamaño, en estas especies debemos igualmente fijarnos en el tamaño de su pico.
Aves limícolas pequeñas y con el pico corto son siete especies, las cuales incluyen a los tres andarríos: el grande, el chico y el bastardo. Los dos primeros viven en ambientes fluviales, por lo que no pueden confundirse con otras especies lacustres.
Andarríos chico
Chorlitejo grande (izq) y patinegro (dcha)
Otras tres especies son los chorlitejos: el grande, el chico y el patinegro. Estas son pequeñas y llamativas aves con un característico collar negro. Lo mismo que el vuelvepiedras, con una coloración negra más acusada en el pecho.
Con el pico largo hay otras ocho especies de aves limícolas pequeñas. La agachadiza chica es similar a la agachadiza común pero más pequeña. Es un ave muy escasa, recatada y difícil de observar.
Por otro lado se encuentra el conjunto de los correlimos. Al menos cinco especies más o menos comunes entre las que se encuentran el correlimos común, el tridáctilo, el zarapitín, el menudo y el de temminck y más raramente el oscuro y el gordo.
Son aves gregarias, que se observan en grupo. Unas y otras se diferencian por su plumaje.
Vuelvepiedras
Los más habituales de observar son el común, más oscuro que el tridáctilo, cuyos veloces desplazamientos por la orilla del mar, siguiendo los vaivenes de las olas lo hacen inconfundible, el zarapitín, cuyo pico largo y ligeramente curvado asemeja lejanamente al de sus parientes los zarapitos y el menudo, más pequeño que los anteriores.
Correlimos tridáctilo (izq) y menudo (dcha)
Grupo de zarapitines
Aprovecho para agradecer a Alfonso Rodrigo del blog El Pernil (Birding Zamora) por su ayuda en la identificación o confirmación de algunas especies de las fotografías.